Por: Amalia Blanco
¡Quién pudiese viajar en esta época! Es lo que pensamos la mayoría de las personas a las que nuestro trabajo nos dificulta tomar vacaciones en estos meses. Mayor reto todavía es cuando te planteas realizar este viaje o escapada con amigos o familia.
Para los afortunados que podéis, os comparto cinco ideas que os gustarán seguro
1. Uzbequistán
Situado en Asia Central es el sitio más emblemático de la ruta de la seda. La idea de poder conocer sitios como Samarkanda, Bukhara (Bujará) o Khiva (Jiva) me transporta a las Mil y una noches.
Es un viaje para disfrutar de arte y cultura. Lleno de arquitectura islámica y ciudades ancestrales llenas de mezquitas, minaretes, madrazas, cúpulas turquesas, ermitas, santuarios, murallas.
A finales de mayo se celebra en Bukhara el festival de la seda y las especias. Magnífica ocasión para aprovechar y conocer el país.
Para hacer ese recorrido clásico es suficiente con 6/7 días. Pero yo lo alargaría un poco para ir al desierto y dormir en una yurta, tienda típica de los nómadas.
También merece la pena conocer Shakhrisabz (se pronuncia Sajrisab), que es la ciudad donde nació Tamerlan, gran lider de la historia uzbeca y dedicar unas horitas al mercado de Tashkent (si os gustan las compras, claro)
2. Perú – Cuzco y Valle Sagrado
En mayo comienza la temporada seca y en estos meses evitas las aglomeraciones de julio y agosto.
Pasar seis días en Cuzco recorriendo la ciudad, el valle Sagrado y, por supuesto, el Machu Pichu es un plan extraordinario. Si queréis recorrer a pié la ruta Inca necesitáis 4 días y permisos previos.
Si tenéis más días, visitar Arequipa, el cañón del Colca, el lago Titikaka, Trujillo, el Amazonas, las líneas del Nafta, son opciones extraordinarias.
3. Turquía – Capadocia
Esta región es totalmente mágica y la temperatura de estos meses la hacen ideal para explorarla. Sus valles de roca caliza, sus ciudades subterráneas, el paisaje lunar la convierten en un lugar único y bellísimo. La característica más típica del paisaje son los afloramientos de rocas cónicas, conocidas como chimeneas de hadas.
Visitar las ciudades subterráneas de Derinkuyu y Kaymakli; caminar por los valles de Idhara (un cañón de 100 m. Y 14 km de largo), Zalve, Dervent. Conocer Pasabag (también llamado valle de los monjes), Avarnos, el museo al aire libre de Góreme (más de 600 templos rupestres), la fortaleza de Uchisar.
El valle de las Palomas, los templos rupestres de Sekime, Urgüp… en fin… y si podéis dar un paseo en globo, mejor.
4. Noruega – Costa Oeste (la Noruega de los fiordos)
Son meses ideales para poder recorrer los fiordos con sol. Además, los días son muy largos y el paisaje está en plenitud con cumbres nevadas, cascadas que fluyen y árboles en flor.
Un día en Bergen y un circuito por el Sognefjord, el fiordo más largo de Noruega y también conocido como el rey de los fiordos, es una magnífica opción. En el circuito podrían incluirse crucero y viajes con el famoso Tren de Flåm y la pintoresca Línea de Bergen.
Por cierto, mayo es un mes de festivales en Bergen…
5. Namibia
Namibia es un país en el sudoeste de Africa. Mayo es el último mes de la estación lluviosa, pero más que lluvias hay frescor, mucho sol y algo de verdor en el océano de dunas rojas de Sossusvlei.
Es un destino de viaje fantástico para ver fauna salvaje en Etosha, paisajes fascinantes en el desierto de Namib, las montañas de Naukluft, el cañón del río Fish o la belleza de Skeleton Coast.
Tiene también un rico patrimonio etnográfico con los orgullosos Himba y los San (bosquimanos). Una jornada con ellos es una experiencia magnífica.
Y un plus: preciosa experiencia disfrutar de las Noches Blancas en San Petersburgo. Va de la segunda semana de junio a principios de julio).
Estas son sólo algunas ideas para inspiraros. El mundo es muy grande, y las experiencias… infinitas. Disfrútalo
