Por: María José Blanco
Conocía otros países de Indochina, pero me faltaba una de sus joyas, Vietnam.
Es curioso cómo países tan cercanos (Tailandia, Camboya, Laos, Myanmar…), tienen tantas diferencias entre ellos. Piensas que las vivencias van a ser parecidas, que su gente va a ser similar, pero cuando profundizas un poco en su historia entiendes porqué cada uno es distinto, y todos fascinantes.
La dominación China durante siglos y la posterior colonia francesa durante casi 100 años, ha tenido una gran influencia en su cultura.
Resulta curioso que su lengua sea muy similar a la China…, y sin embargo su alfabeto es latino (con un montón de acentos muy originales)… fruto de esos años de colonización.
De hecho, es el único país de Indochina que no utiliza simbología. Las guerras internas que lo dividieron, la guerra con Camboya, el embargo durante 20 años…., hizo que Vietnam no fuera un claro destino turístico hasta los 90.
Los últimos 20-25 años han sido sus años de expansión en todos los sentidos…
Como ocurre en un viaje corto, no da tiempo a conocer todo, pero da tiempo a disfrutar de mucho.
Un dia en Hanoi bien aprovechado
No es la ciudad más grande del país, pero sí su capital.
Lo mejor es llegar en un vuelo al mediodía, porque da tiempo a tener un primer contacto con la ciudad, visitar su zona antigua…, y dedicar el día siguiente a conocerla a fondo.
No fue mi caso ya que llegué en el vuelo diurno, a las 7.00 de la mañana…, y me lancé a conocerla sin ni siquiera pasar por el hotel.
Llegamos a la pagoda budista de Tran Quoc construida sobre el río y desde donde se pueden ver una de las mejores vistas de la ciudad.
El templo de la literatura fue construido para el estudio de los hijos de los emperadores.
Por su dimensión estaba claro que no albergaba a una número habitual de hijos…, ni siquiera de familia numerosa. El guía nos contó que en época de determinados emperadores, podían estudiar hasta 150 hijos (no hijas).
El mausoleo de Ho Chi Minh se puede visitar por dentro. Nosotros sólo lo vimos por fuera y a continuación nos dirigimos al Palacio-Residencia.
Resulta admirable la veneración que sienten por su antiguo presidente. Se refieren a él con gran respeto: “nuestro querido presidente Ho Chi Minh”.
Tras tantos siglos de dominación para ellos Ho Chi Minh facilitó la formación del Vietnam que tienen ahora. Su pais.
El puente rojo (puente Huc) es un símbolo de la ciudad. Ubicado sobre el lago Hoan Kiem hay que visitarlo. Enfrente del puente hay varios lugares con restaurante en azoteas. Un buen plan es ir a cenar a uno de estos restaurantes para disfrutar de las vistas del puente iluminado.
En relacion al lago Hoan Kiem, es también muy recomendable visitarlo temprano por la mañana y disfrutar viendo a los locales practicando Tai Chi.
Un imprescindible en Hanoi es tomar un triciclo (tuk tuk) para que te lleven por el centro… lleno de tiendas y de motos; realmente no se siente nunca miedo ni agobio. Se disfruta sin problemas…
Camino a los arrozales
Quien va a Vietnam sueña con la visión de los arrozales. Para ver las famosas terrazas de arroz hay que ir a Sapa, al norte del país.
Como positivo, su paisaje único, como negativo…. muchos turistas…
Nosotros fuimos a Mai Chau. Mayo es una época muy bonita para verlos ya que están a punto de la recogida (Junio) y, por lo tanto, en todo su esplendor.
Al planificar el viaje hay que tener muy en cuenta las épocas de cosecha. Todas son bonitas, pero distintas. Es bueno saberlo para no crear expectativas.
Los alojamientos recomendados son ecolodges y te ofrecen todo tipo de comodidades.
Es muy recomendable tomar una bicicleta y recorrer las campos y las aldeas. Hay aldeas muy pequeñitas hechas sobre casas de pilotes. Curioso era ver que en todas había mercadillo. Yo me preguntaba… ¿a quién venden?.
El pueblo de Mai Chau merece un paseíllo. Te acerca a la vida de los locales. Te venden por todos lados plátanos, gallos y gallinas, estos últimos, vivos o asados…
Y como cualquier lugar de este país… motos por todos lados.
Además de los paseos por los campos, se puede disfrutar de un baño en una bonita cascada (hay que ir muy pronto por la mañana para estar en solitario), y dar un paseo por un pantano…, que a mí me recordó a alguno de los espectaculares pantanos que tenemos en nuestro país.
Ninh Bin, templos y paisajes
Probablemente no sean los templos más representativos de Vietnam…, aunque son muy bonitos, pero sí los que tienen un emplazamiento más rodeados de magia.
En Ninh Vin hay un paisaje de montañas muy parecido al de Halong, o al de Guilin en la vecina China.
El templo de Bich Dong tiene la particularidad de estar en una montaña. Se sube muy bien pues son sólo 120 escalones y el emplazamiento es precioso.
Los templos de Dinh y el templo Le, ambos con una arquitectura muy similar y muy próximos.
Y como imprescindible, el paseo en barca por las montañas y cuevas de Tam Coc. Hay varias opciones de duración. Con 1H y 1/2, es más que suficiente pues las barcas no son cómodas pero el paseo precioso.
Es conocida como la Bahia de Halong interior. Totalmente recomendable.
La Bahia de Halong
Un viaje a Vietnam no es viaje si no se realiza un crucero por esta Bahía.
Nosotros no salimos de Halong, salimos desde la Bahía de Lan Ha. El puerto está mucho menos preparado que Halong, pero la ruta se hace casi en solitario, sin estar viendo la cantidad de barcos que salen por la ruta de Halong.
Tuve la suerte de ir en el Barco Ginger Cruise y realmente, me habría quedado dos noches disfrutando.
Lo único que necesitas es sentarte en la terraza del camarote para disfrutar de la vista, relajarte y enamorarte del lugar.
Paramos en una islita donde realizamos un divertido paseo en bicicleta y vimos algo de la vida local.
Tai-Chi por la mañana y paseo en Kayak son otras de las actividades que el crucero brinda para que la experiencia sea una maravilla.
La playa de Vietnam
Hay que saber que las playas de Vietnam no son especialmente buenas.
Yo estuve en Nha Tranh. Esta localidad aunque esté explotada turísticamente tiene rincones secretos
Tuve la fortuna de alojarme en el exclusivo Six Senses de Ninh Van Bay
Las instalaciones, sus villas y las múltiples actividades que ofrece harán de la estancia una de las mejores experiencias que puedas tener. Aunque la playa no te enamore, todo el entorno, sí que lo hará
Una de ellas, y totalmente recomendable es un hiking desde el hotel a una playa privada. El camino es toda una aventura (te acompañan los instructores del hotel), con unas vistas maravillosas.
El premio es llegar a esa playa privada… y que la vuelta te la organizan en barco (yo , sinceramente, no habréis podido realizar el camino de retorno).
Mi soñado Hoian
Sabía que Hoian me iba a encantar. Ya estaba enamorada de esta población antes de ir y me encantó tenerla como último destino.
El casco antiguo merece la pena de día… y sobre todo de noche.
Durante el día visitamos la pagoda Phuoc Kien, el bonito puente cubierto japonés, alguna de sus antiguas casas, y alguna que otra tiendecilla para comprar algún recuerdo.
Durante la noche, todo el casco antiguo se llena de preciosos farolillos. Es la oportunidad de re-visitar las tiendas, pasear sin rumbo, disfrutar del night market… e incluso tomar una barquito y dar una agradable paseo por su canal
Realizamos también un divertido recorrido en bicicletas en una de la cena. Fuimos parando en diversas casa y locales y probando la auténtica comida vietnamita…, ¡fantástica por cierto!
Otra de las actividades que realizamos, divertidísima, fue un recorrido por los campos en sidecar. El paisaje es maravilloso y tuvimos la ocasión de pararnos para ver la vida de los agricultores locales y sus campos.
Como decía al principio, no lo vi todo…, pero lo disfruté mucho. Me alegra que me quedan cosas por ver, porque de esa manera sigo poniendo Vietnam en mi agenda de viajes…
Me muero por conocerlo. Es apasionante 😍
En mi visita a Vietnam pude ver en algún parque personas que levantaban los brazos a la altura de los codos y se que es algún tipo de meditación, sabes que se llama?
Gracias Beatriz por el comentario. ¿No era Yoga?