Cuatros consejos NO prácticos para un viaje perfecto… por si pueden ayudar…
Por: Pedro J. Domínguez, colaborador de Mi Mundo Travel Planner
Escuchar cómo rompe el Perito Moreno en el advenimiento del día rodeado con una manta y en silencio, admirar el rojo ocre de la arena de Wadi Rum al anochecer, callejear entre los canales venecianos el último lunes de noviembre con una niebla densa, agotar las piernas y la vista entre los picos de Somiedo en una larga caminata, tumbarse perezoso al calor del sol en una playa sahariana…
El mundo es maravilloso, la vida es maravillosa cuando entra a través de los sentidos más primarios. Y sin embargo es el espíritu lo que lo hace inolvidable, el estado de ánimo en el que nos enfrentamos al estímulo.
El espíritu viajero del viajero “Gozamucho”
La verdad es que se habla mucho de itinerarios y de sensaciones pero poco del espíritu del viajero y a mí me gustaría romper una lanza a favor del alma indestructible del viajero, del epicúreo viajero.
Y es falso el hecho de que la única manera es el viaje montado por uno mismo, con mucho tiempo, donde uno deambula y no se deja llevar por la industria turística. No digo que esto no pueda ser, pero lo que niego es que sea la única forma de ser “viajero”. Niego la mayor, no creo que sea una simple cuestión de medios.
Siempre tengo la sensación de que las barreras mentales son el principal freno al gozo de un verdadero viaje y es por ello que cuando hablo con grandes conversadores que conocen medio mundo siempre me asombro de que muchos de ellos cuando me cuentan cosas sobre sus destinos, lo hacen desde una perspectiva personal, de sensaciones, con un desmenuzamiento de la realidad que va más allá de las meras piedras o de la relación de pueblos de una interminable lista. El verdadero viajero ha vivido el lugar. Esto no implica una relación única y unívoca con el paisaje o el paisanaje, sino una templada sensación interior.
Por ello y porque me gustaría que todo el mundo pudiese alcanzar este placer calmado, me he hecho una lista imprescindible para un viajero “gozamucho” , que quiero compartir, que no implica nada más que preparar el espíritu para el disfrute del desplazamiento.
Cuatro Consejos NO prácticos para un viaje perfecto
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Primer consejo, informarse
El primero de los consejos es informarse sobre el lugar al que vamos a desplazarnos. Leer su historia, conocer sus personajes relevantes, observar un mapa físico y político… y hablar de ello con quien vamos a realizar el viaje. La generación de curiosidades es algo que hace que veamos los lugares con un interés despierto.
Cuando hacemos un viaje en mi familia solemos repartir algunas tareas tales como averiguar en que es extraordinario el país o la ciudad a la que vamos, desde cuando existe, alguna historia o leyenda que tenga… Esto genera un atrezzo interesante al escenario y lo dota de peculiaridades que suelen enriquecernos como personas. Esta conversación nos cuenta cómo vivieron y viven personas esencialmente como nosotros en otros lugares.
Trabajarse los destinos significa para mí eso mucho más que una relación de “cosas”. Pruébenlo y luego me dicen.
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Segundo consejo, elegir el tiempo y modo
El segundo consejo es elegir el tiempo y el modo de visita a los hitos determinados del 
itinerario. Es decir vamos a elegir conscientemente cómo queremos ver un museo, un monumento, algo en concreto y con un motivo.
Ver el Gran Canal desde el puente Rialto en Venecia puede hacerse por la noche o el día, observando a los turistas, con vocación de centrarse en los colores o los ruidos… lo importante es la narración que nos hagamos. Evidentemente sin esa narración interior la visita no será la misma y soportaremos malamente el hecho de que ver ésta, que en mi opinión es una de las maravillas de la humanidad, no es posible si uno no acepta un gentío abrumador.
Si lo vemos con otros ojos puede que la experiencia cambie de agobiante a maravillosa.
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Tercer consejo, reposo
Otra de las cosas que a mí me dan resultado cuando visito un lugar es el reposo. Esto implica renunciar a ver cosas y cambiarlo por disfrutar cosas.
Es imposible conocer Vietnam en siete días, pero, créanme, si es posible disfrutar de Vietnam en siete días. Parece un detalle tonto, pero es preferible renunciar a hacer norte y sur, montañas y playas pasando el tiempo en desplazamientos interminables y a cambio adecuar el tempo de la visita.
Esta organización sinfónica de los viajes, con una intensidad mayor en los lugares que visitamos, con paradas en un café, con una lectura de un libro o escuchar un concierto local o una actividad de entretenimiento del lugar puede compensarnos más que recorrer seiscientos kilómetros para ver un templo más. Viajar significa renunciar a verlo todo. Créanme… todo… es imposible y la parte puede ser mejor que el conjunto, al menos en el goce.
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Cuarto consejo, pensar en lo bueno de las cosas
Esta guía absurda de consejos se complementa con uno último y el más esencial de todos: pensar en lo bueno de las cosas. No implica no ser crítico con lo que vemos y sentimos, sino tener una cierta vocación optimista.
Las incomodidades son menos si las procesamos como una parte de nuestro sentir y nuestro asombro. No estoy hablando de vivir problemas, sino de tomar las cosas desde su lado positivo.
Yo bien sé que viajar sin equipaje cuando a uno se lo han perdido puede resultar incómodo.
Durante más de diez días estuve viajando por Méjico sin absolutamente nada y en un principio me amargué pensando en las cosas que había perdido… Pero las cosas que no se pueden cambiar no hay que preocuparse por ellas sino aceptarlas. Desde que me convencí de ello, puedo decir que viajar sin equipaje es liberador, maravilloso, un verdadero lujo. Sólo unas camisetas y un poco de ropa interior me dieron lo suficiente para vivir una de mis mejores experiencias sin ninguna clase de dudas. Fue increíble llegar al aeropuerto y desembarcar sin ninguna espera, no preocuparse de las maletas cuando dejábamos el hotel…
Solo querer pasarlo bien a toda costa es imbatible
Al final, un organizador de un viaje, una agencia o nosotros mismos, puede plantear el más excepcional itinerario, el mayor conjunto de actividades extraordinarias, pero eso no garantiza nada, créanme. Solo querer pasarlo bien a toda costa es imbatible.
Puede parecer estúpido plantear un viaje de este modo, siguiendo estos modestos consejos, ya que normalmente tenemos poco tiempo y queremos sacar el mayor rendimiento a nuestra inversión… Si a alguien le sirve que lo tome y si no, que lo deseche, pues si algo tengo claro es que no existe un único tipo de viajero, como no lo hay de persona.
El material básico para una gran experiencia está en esta estupenda web. Ahora solo falta el viajero “gozamucho”.
Buen viaje.
Cuatro Consejos No prácticos para un viaje perfecto
Fantásticos consejos que intentaré aplicarme la próxima vez que viaje. Gracias por compartirlos!
muy buenos consejos. Los solemos olvidar cuando viajamos. Viajar requiere un estado diferente de espíritu. El tiempo debe detenerse….. o al menos intentarlo.